sábado, 22 de septiembre de 2018

La esposa, de Zulema Usandivaras de Torino


[Los siguientes son fragmentos de mi tesis inédita de Maestría, cuya temática es la narrativa de mujeres en Salta]  


En el año 1988, se edita en Salta La esposa, novela de Zulema Usandivaras de Torino  que muestra la opresión que sufren las mujeres en el interior de los núcleos familiares adinerados de la provincia. Se puede decir que esta novela inaugura un ciclo de narradoras que denuncian la situación de la mujer sujeta a normativas sociales en el NOA, ciclo en el que se ubican también autoras como Gloria Lisé, Liliana Bellone y Ana Gloria Moya.
La esposa se centra en un personaje femenino perteneciente a la clase alta salteña y cuya historia se desenvuelve a lo largo del siglo XX. Esta mujer, de nombre Manuela, sufrirá las imposiciones de su clase con respecto al  comportamiento en sociedad y al rol de madre y, sobre todo, de esposa. 
Al poco tiempo de enviudar, Manuela tiene un hijo extramatrimonial que se ve forzada a ocultar por no manchar el honor de la familia. Años más tarde, contrae matrimonio nuevamente con un reconocido hombre de la política, cuyas infidelidades debe  pasar por alto  con el objetivo de cumplir su rol de esposa discreta. En total son tres los matrimonios de Manuela a lo largo de su vida, es decir que el rol de la protagonista, constante y sucesivamente, es el de esposa de hombre acaudalado. El lugar de la esposa es el de respuesta y sumisión, no sólo a los dictámenes del marido, sino también a los de su entorno social.  
Se trata de una novela que desnuda la forma de vida de la mujer casada dentro de un determinado contexto social de provincia, regido por el sistema patriarcal. 

sábado, 18 de agosto de 2018

Anzoología, de Leopoldo Castilla




La reseña de este libro salió publicada en CUADERNOS DEL HIPOGRIFO Nº8 [2017-Número Doble].

Ver en el link:

Reseña Anzoología, de Leopoldo Castilla. Por Lucila Lastero.

Cielo de tambores, de Ana Gloria Moya.


[La reseña que se adjunta a continuación salió publicada por primera vez en el año 2002, en la revista "La Culturosa", creada por un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional de Salta. Actualmente la reseña se encuentra en la página del Portal Informativo de Salta: Reseña Cielo de tambores en Portal Salta. Por Lucila Lastero.]


Ana Gloria Moya es abogada, nacida en Tucumán y radicada en Salta. Actualmente ejerce su profesión en el poder judicial de esta provincia. Es, además, coordinadora responsable de la revista "Libertad incondicional".
Su obra más importante es la novela Cielo de tambores, producida y publicada en Salta, que fue merecedora del 1º premio en el Certamen literario "Benito Crivelli", año 2001. Recientemente ha obtenido el premio "Sor Juana Inés de la Cruz 2002" en Guadalajara, México. Contiene ilustraciones de Antonio Morosini y está prologada por Teresa Leonardi Herrán.
Cielo de tambores consta de trece capítulos divididos, a su vez, en segmentos internos. Su estructura permite una lectura ágil y amena. Los cambios de voces y la variedad de perspectivas y clases textuales, dotan de una destacada verosimilitud a la historia narrada.
Se trata de una novela de marcado carácter histórico, en cuyas páginas el lector reconocerá a paradigmáticos personajes de los tiempos de la independencia: Manuel Belgrano, Cornelio Saavedra, Mariano Moreno, Manuel Dorrego. Esta vez, el escenario principal no es el ámbito rioplatense, sino el noroeste argentino durante la gesta de los protagonistas de las guerras patrias. En este contexto, se desenvuelve la vida de María Kumbá, negra liberta, figura emblemática de las mujeres de su raza. Ella es el centro desde el cual se desprenden numerosos hilos que conforman una historia de amor, odio, violencia y esperanza, en una Argentina políticamente convulsionada y profundamente conflictiva en cuanto a su heterogénea constitución étnica y cultural.
A través de las palabras puestas en boca de la protagonista, el lector se acerca al fantástico mundo de la raza negra, accediendo al conocimiento de su lenguaje, sus ritos, sus danzas, sus alegrías y tristezas. El monólogo de María Kumbá logra desatar la emoción en el receptor, a la vez que le permite reflexionar sobre la historia y la cultura nacional y la incidencia de los grupos afroamericanos sobre las mismas.
En esta novela, los datos históricos y ficcionales se entrecruzan hábilmente, conformando un mundo que atrapa al lector con su conglomerado de belleza y memoria.

El señor Fusi sale de viaje, de Casiana Martina



La reseña de este libro salió publicada en el Semanario Cuarto Poder, el día 4 de junio de 2016. Ver link:

Reseña El señor Fusi sale de viaje, de Casiana Martina. Por Lucila Lastero. Semanario Cuarto Poder

viernes, 17 de agosto de 2018

Eva Perón, alumna de Nervo, de Liliana Bellone

[Palabras leídas en la presentación de la novela, el día 26 de julio de 2010 en la Casa de la Cultura de la ciudad de Salta]


¿Cómo narrar la historia nacional desde las posibilidades de la ficción? Y ¿cómo narrar en torno a un emblema, un símbolo, como lo fue Eva Perón? 

La novela de Liliana Bellone nos invita, desde el título, a inmiscuirnos, como espías de la historia y, a la vez, como los lectores más autorizados, en el mundo de uno de los personajes de mayor significación en nuestro pasado como argentinos.


Es sabido que el ser humano siempre tuvo interés por la historia, ya que en ella ve las raíces que lo vinculan con su presente y le permiten proyectarse hacia un futuro. Se ha dicho también que, el elemento histórico se conjugó con la imaginación desde lejanos tiempos en la literatura latinoamericana, y ya desde las Crónicas de Indias. 
Desde siempre, hubo también interés por los relatos, desde los relatos ficcionales contados alrededor del fuego, las fábulas, los mitos, hasta los relatos actuales que nos llegan en forma de páginas web, el cine, la televisión o el clásico libro. La teórica Diana Battaglia afirma que de todos los tipos de discursos, el relato se distingue, justamente, por el uso privilegiado que hace de la función referencial, por el poder que tiene de hacer surgir, más allá de los signos, un universo de seres, objetos y acciones. Con los relatos nos conmovemos, nos identificamos, reflexionamos.
Liliana Bellone nos ofrece en esta novela, una trama en la que relato e historia se entretejen para dar nacimiento a una producción en la que la ficción nos habla con los rostros de la historia.
En la primera página, ya en una “advertencia al lector”, la autora nos da la bienvenida anticipando que la trama es reconstruida a partir de otras tramas, los relatos narrados anteriormente por un poeta de nombre Joaquín de Genaro, y alertándonos, además, acerca de considerar ese frágil hilo que separa la ficción de la realidad: “En varios de nuestros encuentros, De Genaro me sorprendió con una extraña historia acerca de Eva Perón, a quien había conocido, una historia que, hasta hoy, no sé si corresponde a la realidad o fue producto de su afiebrada imaginación". Es un texto que nos lleva a reflexionar sobre los avatares de la realidad y la ficción, y sobre la metaficción y las formas del llamado “texto dentro del texto”, ya que por momentos asistimos, desde la propia estructura de la novela, al relato del mismísimo Joaquín, que nos habla sobre el proceso de creación de un texto sobre Eva, que será a su vez escritura de otras escrituras, logrando el efecto de las reescrituras múltiples e infinitas.
Esta estrategia, la de los lazos intertextuales, la de vincular un texto con un antecedente que funciona como soporte, que nos recuerda a Borges y a sus constantes recurrencias a textos apócrifos, nos conduce a pensar, además, en la historia más allá de la historia, nos lleva a difuminar las huellas entre historia y ficción para disfrutar de un relato conmovedor. Porque esta ficción, además de tomar huellas históricas, tiene la particularidad de anclar en un personaje determinante de la historia argentina: Eva Duarte de Perón, sobre quien la historia oficial ha construido anteriormente un universo discursivo de vastas magnitudes.
La pregunta ronda en torno a la historia narrada: ¿Quién fue Eva Perón? Además de ser una figura clave para la Argentina, además de su fama como “abanderada de los humildes”, ¿era Eva una joven  de ademanes burdos y poco interés intelectual?, ¿o era en cambio una mujer ilustrada, amante de la poesía y además, comprometida con la causa peronista por poseer bases políticas, cognitivas y artísticas sólidas? La novela de Bellone nos invita a desandar el camino marcado por el hilo de Ariadna que nos conduce a esta segunda posibilidad, a la de lograr ver a la Eva interesada en los mecanismos más sublimes de la palabra, en la poesía, como forma de pensamiento y de vida. En este texto, la Eva conductora de multitudes, sigue a su vez los pasos del universo poético de Nervo, y se deja llevar por la palabra, que actuará como fundamento espiritual y cognitivo de sus acciones. Pensar en el amor por la poesía en una dirigente política tan temperamental, nos llevaría a justificar lo que afirmaba Platón, cuando decía que sólo los espíritus interesados en el arte podían ser efectivos dirigentes de un Estado. 
Liliana Bellone, férrea lectora  de Borges, ahonda en el pensamiento de este autor argentino por medio de los fragmentos de la novela referentes a la imposibilidad de averiguar la verdad histórica, el carácter cíclico e imprevisible de la historia.    
Fiel a su propio estilo narrativo, el que pudimos admirar en otras novelas como Fragmentos de siglo o Augustus, Bellone nos lleva a escuchar los susurros y gritos de múltiples voces, como las voces de Evita, reflexionando sobre su historia familiar y su futuro, la de Perón, llamando “Chinita” a Eva, la de Joaquín de Genaro  lamentando a su amor imposible, la de Elisa Duarte recordando a su hermana, la de Juana Ibarguren rememorando a su hija. Y entre ellos, aparece también la voz, por supuesto, de una de las protagonistas principales de la novela: la poesía. La poesía de Nervo, pero también la de Rubén Darío, la de Santos Vega, la de tantos otros poetas de la literatura universal. 
Esta novela es un verdadero palimpsesto de autores y lecturas, pero también de géneros, ya que en ella se hace presente el formato de la poesía de autor, de la canción popular, de la obra teatral, del discurso académico propio de la enseñanza escolarizada de la época...      
El teórico White, por ejemplo, es uno de los que afirma que se puede producir un discurso imaginario sobre hechos reales, que no por eso será menos “verdadero” por ser imaginario.  
Para terminar, considero útil recordar las palabras de Hemingway en el prefacio de París era una fiesta: “Si el lector lo prefiere, puede considerar este libro como una obra de ficción. Siempre cabe la posibilidad de que un libro de ficción deje caer alguna luz sobre las cosas que antes fueron narradas como hechos”. 
Seguramente el lector de Eva Perón, alumna de Nervo, advertirá, durante el proceso de lectura, la fuerza de esa luz que cae sobre los hechos del pasado con el fin de reinterpretarlos. Y podrá ver, además, esa luz del escenario por el que caminará nuevamente Eva Perón, quien, a través de su actuación en esta lograda novela, seguramente será la actriz principal y la más aplaudida, otra vez, en los escenarios de nuestra literatura y de nuestra historia.

El “interior” avasallado y oculto: Forastero, de Jorge Accame

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[Esta reseña fue escrita a fines del año 2008, pocos meses después de que viera la luz la novela]


Forastero, de Jorge Accame, fue ganadora del Premio Novela 2008 del diario La Nación y editorial Sudamericana.
Leer Forastero implica trasladarse al misterioso mundo de las ciudades “del interior”, a aquellos sitios desérticos y olvidados en los  que pareciera que todo puede ocurrir. Es inevitable imaginarse a un pueblo de los márgenes jujeños, con sus coloridos carnavales y su sol hostigador,  mientras se disfruta de la prosa de Accame.   
La trama es fundamentalmente policíaca, con algunas variantes. La historia transcurre en un atractivo escenario, una localidad del norte del país, un pueblo pequeño y anquilosado en sus costumbres, en el que pueden oírse con frecuencia los apacibles sonidos del viento y la naturaleza. Un foráneo, Evaristo Soler, llega al lugar con aparentes intenciones de indagar acerca del crimen de una jovencita estudiante de profesorado, cuyo cadáver apareció extrañamente marcado con una supuesta letra griega. Además de bucear en los testimonios que permitirán reconstruir la historia de la chica asesinada, Soler recopila relatos cotidianos que se insertan en el argumento central a la manera de intertextos. El protagonista deberá recoger indicios sobre el crimen, pero también deberá investigar al mismo pueblo y a aquella comunidad hermética que parece postularse como un “otro mundo” regido por propias y perversas reglas. Son muy pocos los pobladores que desean la resolución del caso. Aquella comunidad ha estado sumergida desde siempre en la violencia y en la muerte, pero también son el silencio, la conformidad y la costumbre los que han dominado la vida de sus habitantes. Un personaje endemoniado, Ismael Palma, prototipo del terrateniente dictador y asesino, subyugador de todo el pueblo, es la pieza fundamental para completar un cuadro social  caracterizado por el poder de unos cuantos y el malestar de muchos. 
La estructura de la novela es de una originalidad sorprendente. El autor mantiene el tiempo presente a lo largo de toda la narración, de manera que los hechos coetáneos y los acontecimientos pretéritos se conjugan en un mismo presente estático, que colabora con el efecto cíclico y claustrofóbico que logra la novela. Las narraciones accesorias completan el clima de violencia que construye el texto en su conjunto.
Contrariamente a la personalidad fuerte y controvertida de los protagonistas principales del policial clásico,  Soler recuerda inevitablemente a aquel “extranjero” de Albert Camus, que deambula por la vida sin saber exactamente para qué está. Busca calmar sus apetencias sexuales dándole cabida a sus instintos más animales y siente atracción desmedida por las mujeres con rasgos indígenas, cuestión que lo acerca a la fusión que se produce entre personaje forastero y urbano, primitivismo y barbarie. Confiesa, en un momento de la novela, haber llegado al pueblo no tanto para resolver el caso de la chica asesinada sino porque no tiene ocupación fija, acaba de sufrir la muerte trágica de su mujer y su hijo, y cree que la única forma de pasar el tiempo es recopilando narraciones. En este sentido, el relato del crimen será para él una historia más de las que definen la vida de aquel pueblo, una historia que por más que se resuelva, pronto será  avasallada por el olvido y el silenciamiento, como todo lo que aquel sitio termina por devorar.
Forastero es una clara denuncia a los sistemas primitivos y perversos  que suelen caracterizar a las pequeñas ciudades del interior del país, tantas veces hostigadas por el despotismo de cuestionables líderes. Pero, además, es una reflexión sobre la escritura literaria y sus particularidades. En un momento del relato un personaje increpa: “¿Puedo preguntarle una cosa? ¿Para qué escribe una persona?”, a lo que el protagonista responde “Juntar las cosas. Juntar las cosas que están dispersas. Creo que el universo quiere unirse otra vez.” Este intercambio remite al epígrafe que inicia la novela, en la que se citan las acepciones del verbo griego  legein, que puede significar “decir” pero también “reunir o juntar”.  
La novela de Accame tiene la particularidad de las grandes obras: deleita y aporta nuevos interrogantes. Entre las preguntas que sin duda quedarán girando en la mente del lector estarán, entre otras, ¿cuántas historias del mundo y de nuestra comunidad próxima no conocemos y deberíamos conocer?, ¿cuántas conocemos a medias? y ¿cuántas y cuáles se nos ocultan y disfrazan con el fin de mantener la  lógica del mundo y su tantas veces aparente orden social?