Reseña de Agüero, María Fernanda (2013) Obsesión de los viernes. 1a ed. Salta: Fondo Editorial Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta. 112 p.
Los cuentos que componen Obsesión de los viernes crean mundos íntimos que se despliegan sobre escenarios cotidianos. Hay pausas y secretos en esos personajes rutinarios y silenciosos, que parecen marcados a fondo por el ritmo de la vida provinciana.
Una oficina que huele a polillas y a maderas, una casita con gallinero y un bar para solitarios y marginados conviven con personalidades nostálgicas, dispuestas a repetir ciclos impuestos por el tiempo. La rutina, pesada y atrapante, confabula con los días de la semana. De ahí que sea imprescindible su mención: una obsesión que se repite cada viernes, un hombre que encuentra su felicidad solamente una hora el domingo.
Los hábitos estancados dan paso, de vez en cuando, a los instantes de felicidad. Esa dicha esporádica que se encuentra en el amor pasajero o en un recuerdo amable. Pero las rupturas, las ventanas abiertas que dejan entrar el vestigio de luz que desgarra la costumbre, inmediatamente se cierran para dar continuidad a lo pautado. Entonces la felicidad se esfuma, tan veloz como aquella mujer que alguna vez obnubiló al personaje nostálgico del cuento "El hombre sin tiempo". Esos cambios esporádicos y repentinos suelen traer felicidad pero también disgustos. El ingreso de lo extraño, que por ser tal se vuelve monstruoso y debe ser eliminado con urgencia puede verse en el cuento "El gallinero". Una pareja sumida en una convivencia aburrida e insensible, dispuesta a luchar por mantener ese estado de cosas que los aplasta pero que les da seguridad.
Otros casos en los que la cotidianidad toma ribetes siniestros nos llegan de la mano de cuentos como "Malvones en el patio", en el cual cobra protagonismo una extraña vecina. Lo horroroso como parte del barrio y de la casa propia se destaca en uno de los cuentos mejor logrados de este libro: "El juramento". En él, la casa y la familia conforman el espanto, y la víctima es una niña que, desde su inocencia, se ve imposibilitada de contar aquello que padece y se refugia en la mirada de su muñeca, pero ésta, de a poco, también se va transformando en una amenaza.
El silencio de las mujeres es consecuente con los días rutinarios y con las costumbres arraigadas que hacen predominar la voz del varón. El mutismo femenino es la temática que prevalece en "El juramento" y también en cuentos como "Los silencios", en el cual una mujer observa la vida de su esposo desde un rincón de la casa. La quietud de la vida doméstica es lo que lleva a la protagonista de "El juego interminable" a decidirse a cambiar, de una vez y para siempre, su callada y apática vida hogareña.
Los cuentos de Obsesión de los viernes nos hacen pensar en Salta; en sus barrios y en otras localidades de la provincia. Hay casas bajas, patios con malvones, canastos de mimbre, gallineros construidos con maderas y alambres, calles de tierra que se inundan. Paisajes semi urbanos que evidencian el olvido y la distancia con respecto a las grandes ciudades. Esa marginación sufrida por la gente y por los lugares es la que sepultó pueblos enteros como Alemanía, localidad del sur de Salta. En el cuento "El fantasma de Alemanía", un alma en pena representa a las vidas olvidadas por los efectos de la urbanización.
María Fernanda Agüero nació en Salta, vive en la misma ciudad y se dedica, desde hace varios años, a la escritura de cuentos, género en el que tiene varios premios y reconocimientos. También escribe poesía. En Obsesión de los viernes, Agüero presenta un conjunto de cuentos en los que la narración y los personajes se mueven lenta y sigilosamente, siguiendo el ritmo acotado de los días de provincia, persistentes en su quietud y en sus silencios.
El silencio de las mujeres es consecuente con los días rutinarios y con las costumbres arraigadas que hacen predominar la voz del varón. El mutismo femenino es la temática que prevalece en "El juramento" y también en cuentos como "Los silencios", en el cual una mujer observa la vida de su esposo desde un rincón de la casa. La quietud de la vida doméstica es lo que lleva a la protagonista de "El juego interminable" a decidirse a cambiar, de una vez y para siempre, su callada y apática vida hogareña.
Los cuentos de Obsesión de los viernes nos hacen pensar en Salta; en sus barrios y en otras localidades de la provincia. Hay casas bajas, patios con malvones, canastos de mimbre, gallineros construidos con maderas y alambres, calles de tierra que se inundan. Paisajes semi urbanos que evidencian el olvido y la distancia con respecto a las grandes ciudades. Esa marginación sufrida por la gente y por los lugares es la que sepultó pueblos enteros como Alemanía, localidad del sur de Salta. En el cuento "El fantasma de Alemanía", un alma en pena representa a las vidas olvidadas por los efectos de la urbanización.
María Fernanda Agüero nació en Salta, vive en la misma ciudad y se dedica, desde hace varios años, a la escritura de cuentos, género en el que tiene varios premios y reconocimientos. También escribe poesía. En Obsesión de los viernes, Agüero presenta un conjunto de cuentos en los que la narración y los personajes se mueven lenta y sigilosamente, siguiendo el ritmo acotado de los días de provincia, persistentes en su quietud y en sus silencios.